Just do it

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Cuando Paulson quería hacer lo que Geithner quiere hacer ahora, le dijeron que estaba corriendo atrás de la crisis y que había que hacer lo que estaba haciendo Brown en Inglaterra: inyectar capital en los bancos, convirtiendo al estado en accionista. Ahora, que vieron que inyectar el capital necesario para hacer viables a los bancos implicaba la virtual nacionalización de la mayoría de ellos, se reflotó el plan de Paulson.

Los bancos tienen activos en sus balances que no valen nada o muy poco. La idea que está detrás del plan es que el bajo precio se debe a motivos de incertidumbre o falta de liquidez o de que no existe un mercado para esos activos. Entonces, el estado va a poner plata, y préstamos blandos, para darle incentivos al sector privado para que compre esos activos. El incentivo a entrar es la esperanza de que algún día esos activos valgan algo, y la garantía de que si no pasa eso, el estado va a asumir las pérdidas. La solución a la falta de un precio para esos activos, que en su momento trabó el plan de Paulson, sería la realización de subastas y la ayuda del estado para que exista una demanda para ese tipo de activos.

La respuesta de política económica a ese problema, depende de cuál sea la respuesta a la siguiente pregunta ¿por qué esos activos valen poco? Una posible explicación es que esos activos valían algo sólo en un mundo en el que los precios de las viviendas eran altos y crecientes, un mundo muy distinto al actual en el que los precios de las viviendas son un 40% inferiores al record de 2006. Además, antes del plan de Geithner, los inversores podían comprar esos activos y nos los compraron. Con lo cual probablemente el problema tenga que ver con que los bancos no se querían desprender de esos activos a los precios que los inversores estaban dispuestos a pagar. ¿Cambiará eso con este plan? No es tan obvio que así sea.

A Krugman no le gusta la idea. Según él, por más que con esto suba el precio de esos activos y los bancos puedan recapitalizarse, con eso no se soluciona el centro del problema: los bancos prestaron plata proyectando un escenario en el que los precios de las viviendas se iban a mantener o –peor aún- iban a seguir subiendo constantemente, y en el que los niveles de deuda privada y de apalancamiento eran sostenibles. Ese mundo no existe más. El problema es cómo hacer para que los bancos vuelvan a ser rentables en un mundo distinto al que ellos habían apostado y con niveles de apalancamiento sustancialmente menores, y determinar quién va a ser el que va a asumir las pérdidas de esas malas apuestas.

Alguien se tiene que hacer cargo de la pérdida que implica haber apostado a un escenario que finalmente no se realizó. Según el plan de Geithner, el problema se limita a que por algún motivo ciertos activos de los bancos tienen un precio que no se corresponde con la realidad, y que si el estado hace algo para generar una demanda, esos precios van a recuperar su nivel adecuado y con eso los bancos solucionan el problema de sus activos tóxicos. Pero, esos activos no van a recuperar los niveles que supieron tener, entonces quién se va a hacer cargo de esas pérdidas? Los bancos? El gobierno? Ambos?

Ricardo Caballero, para algunos el mejor macroeconomista de la actualidad, propone un plan alternativo al de Geithner pero también incluyendo una garantía por parte del gobierno: que el estado garantice un piso en el precio futuro de las acciones de los bancos. En pocas palabras, el estado te garantiza que en 5 años te paga un precio x (mayor al actual) por las acciones de un banco determinado. Eso incentivaría a los inversores a capitalizar bancos, ya que se aseguran un piso en el precio de esas acciones, y compran la posibilidad de que superada la crisis las acciones se recuperen aún más. Además, al subir esas acciones financieras, también subirían el resto de las acciones y habría un boom alcista en los mercados. No sé si sería una recapitalización suficiente para solucionar los problemas patrimoniales de los bancos, pero ayudaría bastante y permitiría revertir la caída de los mercados que impacta en sectores que nada tienen que ver con la banca.

Conclusión, probablemente el plan para rescatar los bancos no sea la solución final, y seguramente se irá modificando y mejorando. En un momento de alta incertidumbre, dar garantías del estado parece una estrategia enfocada en el camino correcto y no debería ser muy costosa para los taxpayers. Y en momentos como este es preferible pecar por exceso que por omisión.

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