ADN de Mujica

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¡Patria querida, dame un presidente como Pepe Mujica!


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Eugenio Raúl Zaffaroni, nuestro cortesano preferido, habló, cuándo no, para la secretaría de Estado de Página/12 y nos regaló, ya nos tiene acostumbrados, algunas perlitas.

Más allá de las varias consideraciones coyunturales sobre el Central, la “candidatura” de Lorenzetti, etcétera, hay un párrafo que, confieso, me emociona:

…no podemos olvidar una característica de la política en todo el mundo, se ha vuelto mediática. Cada político asume un papel y queda preso de ese papel, no puede cambiar la imagen. Me parece que es algo que sociológicamente se vincula cercanamente con la presentación de la persona en sociedad, la dramaturgia de que hablaba Irving Goffman, pero llevada al extremo. Hoy la política se hace en la televisión, ya no hay contacto directo con las bases, se desprecian la militancia y el trabajo barrial. No es la política que conocí, es otra cosa. Hoy nadie se esfuerza ni casi se mata, como Alfonsín, para llegar a hablarles a cincuenta personas en un pueblo de provincia. Y tribunales es un buen marco para la televisión.


En días en que la oposición se limita a pavonearse por los programas de Todo Negativo, otra vez Zaffaroni da con la imagen justa para diagnosticar un estado de cosas. Más allá de sus 160 páginas de CV (¡160 páginas de CV! Traigan un manodurista, uno solo, con el CV de Zaffa, y me convierto), esa tal vez sea una de sus mayores virtudes. Y si no, vaya otro ejemplo:


"...Tenemos que brindar seguridad, no podemos esperar ni un segundo. ¿Cómo? Vamos a centrar la atención en aquellas amenazas más inmediatas. Aquel que está en la esperando en la esquina para robarme el dinero, aquel me va a golpear en la cabeza para robarme el reloj. Entonces estoy centrando la atención en la seguridad urbana. Aquella inseguridad inmediata es la inseguridad urbana. Se llega así al delirio de la inseguridad urbana. Con esto, los políticos van a hacer propaganda, demagogia retributiva, demagogia vindicativa. No van a resolver nada. Pero nos van a vender la imagen de que están resolviendo todo, especialmente de que están brindando seguridad. Y ¿cómo hacen eso? a través de leyes penales.

Volvimos al tiempo de las cavernas, el tiempo en el que el hombre primitivo dibujaba en las paredes la imagen del animal que quería cazar, y de esa manera pensaba que si tenía la imagen se acababa la amenaza, tenía al animal. Pero no tenía nada, sólo tenía la imagen. Un pensamiento mágico.

Ahora no dibujamos las paredes de las cavernas, ahora dibujamos los Boletines Oficiales. Ahora dibujamos tipos penales donde ponemos todo aquello que es negativo, todo aquello que es peligroso. Como eso está en el tipo penal, y el tipo penal está en el Boletín Oficial, entonces con eso nos basta. Creemos que eso modifica la realidad. La neutralización de todos los males..."

Hasta cuándo

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Después de algunos minutos de discutir con mi amigo Diego, no pudimos llegar a ninguna parte. No pudimos sabes cuál de los dos tenía razón. Sucede que ni Diego ni yo somos latinistas, y nuestros latines de universidad ya están lo suficientemente lejos como para que ninguno de los dos se anime a afirmar rotundamente que la cosa es así o asá.

Lo que estaba en discusión es el comienzo de la primera Catilinaria. Según mi versión: "Quousque tandem, Catilinae, aburere patientia nostra", cuya traducción sería: "¿Hasta cuándo, Catilina, abusarás de nuestra paciencia?". Según la versión de Diego, "Quousque tandem, Catilinae. Non abuteris patientia nostram", cuya traducción sería: "¿Hasta cuándo, Catilina? ¡No abuses de nuestra paciencia!".

Rapidito, porque lo que me interesa es pasar a otra cosa: Las Catilinarias son los cuatro discursos que Cicerón contra Catilina en el Senado, después de que descubriera la conspiración para matarlo. La historia oficial dice que, durante la república romana, Catilina usó la Banelco porque quería ser cónsul y no le iba bien en las encuestas. Cicerón prohibió el uso de la Banelco, Catilina planea matarlo, Cicerón lo descubre, que pum que pam, Cicerón es nombrado cónsul, Catilina sigue rosqueando, Cicerón convoca al Senado, Catilina, ¡descarado!, va y Cicerón, in your face, le canta las 40. (Junto con la fotocopia que descansa en vaya a saber dónde hay otra fotocopia de no sé qué revisionista ruso que dice que, según parece, ni Cicerón era tan bueno, ni Catilina era tan malo. Se las debo).

Esa es la primera Catilinaria, cuyo comienzo nos convoca. Apelo a Wikipedia:

Quousque tandem, Catilina, abutere patientia nostra? Quam diu etiam furor iste tuus nos eludet? Quem ad finem sese effrenata iactabit audacia?

¿Hasta cuándo, Catilina, abusarás de nuestra paciencia? ¿Hasta cuándo esta locura tuya seguirá riéndose de nosotros? ¿Cuándo acabará esta desenfrenada audacia tuya?


Vayamos, ahora sí, al quid de la quaestio, a esta altura ya lo intuirán, el "hasta cuándo".

Hoy murió el hermano de mi amiga Adriana después de "una larga enfermedad". Cuando me enteré me sentí aliviado. Al Negro lo vi tres o cuatro veces, pero sé de la gran preocupación y pesar que cargó esa familia durante los últimos años. Por eso me sorprendí cuando la llamé a Adri y la escuché tan afectada. Pensé que después de años preguntándose "hasta cuándo" iba a durar esa enfermedad, ahora que había terminado iba a sentirse aliviada. Pero no.

Desde entonces que lo doy vueltas al "hasta cuándo". Y la remisión a Capusotto, claro, es obvia. Pero también pensaba, sin llegar a integrar en un todo coherente, las "condiciones de posibilidad" de una frase así.

Fue necesario que el tiempo fuera algo más que la sucesión de días y noches, que existiera esa cosa llamada "futuro", diferente del pasado y del presente, que los hombres tuvieran la posibilidad de actuar sobre él, para que en ese futuro se agenciara la posibilidad de cambiar el estado de cosas actual, y que a ese agenciamiento se lo llamara esperanza o sueños, para que los hombres pudieran cuestionar las condiciones de existencia presentes y su supervivencia.

Pero hay más: "hasta cuándo" no es, por ejemplo, "Y va a caer...". Es un lamento, más que un verdadero deseo. Una queja que no propone nada: por eso, por ahí, ahora que el Negro murió, Adriana no encontró el consuelo que pensó que iba a llegar.

Y ahí, mientras esperaba en la cola para recargar mi subtepass, un doña demasiado perfumada -incluso para la línea D-, rezongaba con otra doña contra los K, que hasta cuándo iban a seguir con haciendo de las suyas, que ya la tenían cansadas, y encima los subtes mirá cómo funcionan.

Decía, ahí, en el subte, con la doña chillando, me acordé de este post y, ay, suspiré.


Democracias delegativas

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Me pareció interesante la editorial de Guillermo O'Donnell en Clarín. Comparar subliminalmente a los K con Fujimori, Putin o Chavez me parece exageradísimo. Pero los K tienen mucho eso de "somos los salvadores de la patria y los que se oponen son los que quieren volver al pasado". Menem también lo tenía. Y De Narváez que todavía no ganó nada, también ya tiene ese vicio. Hoy dijo en su Twitter: "Están equivocados, vamos a mostrarles cual es el camino. Es lo mejor para todos los argentinos."

Notas sobre la entrevista a Kirchner en Página 12

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Interesante la nota que le hace Horacio Verbitsky a Kirchner en Página 12. Uno podría pensar que la simpatía del periodista con el entrevistado podría afectar la calidad y la profundidad de las preguntas, pero en este caso, y quizás por ser kirchnerista y no necesitar de chupamedismo, Verbitsky le hace preguntas bastante profundas e interesantes al ex presidente.

Algunas perlitas de una nota que permite conocer un poco más del kirchnerismo y de su líder:

1) Sobre el rol del PJ y de la CGT en el gobierno. En dos fragmentos de la nota queda en evidencia la concepción del rol del PJ y de la CGT para ese progresismo no peronista que acompaña a Kirchner (del cual el entrevistador es un claro representante). Dice Verbitsky "Ni siquiera la dirigencia política que lo apoyaba coincidía con su idea sobre el país". Y, más adelante, le consulta a Kirchner si "la CGT y el PJ, que fue una de las herramientas que disciplinaron a la sociedad para el ajuste de la década del '90, son una base suficiente para respaldar las transformaciones profundas que ya se hicieron y para impulsar las que faltan." Es la idea del "fundamentalismo kirchnerista", como bien lo define Jorge Asís en su portal. Según esta concepción el PJ y la CGT sólo tienen un rol en tanto garantes de la sustentación del gobierno en el poder. Este ninguneo del PJ y de la central sindical viene atado a la idea de que el sustento ideológico del kirchnerismo no viene del PJ si no del progresismo no peronista, notablemente representado en el think tank (?) Carta Abierta. En palabras de Asís, "grupos que viven del peronismo. Pero, en el mejor de los casos, lo ningunean."

2) Se desprende de la entrevista que la remoción de la Corte menemista no vino de una cuestión estratégica y previamente pensada. El kircherismo no funciona así. Los cambios en la Corte fueron en respuesta al apriete que denuncia Kirchner de algunos jueces de la Corte Suprema que lo amenazaban de avanzar con fallos dolarizadores de la economía si no les brindaban "determinadas seguridades". Trato de pensar alguna medida del kirchnerismo que haya surgido por iniciativa genuina y no en respuesta a algo, y no se me ocurre ninguna. El kirchnerismo no ha logrado evitar "ir atrás de la curva". Lo cual no resulta sorprendente dado que ni el propio Kirchner creía que podía llegar a la presidencia en 2003. Sería absurdo esperar que tuviera en ese entonces un "Plan de Gobierno", ni siquiera un bosquejo de algunas cuestiones que pretendiera llevar adelante durante su mandato.

3) La autocrítica es un concepto que, o Kirchner no maneja, o al menos no piensa hacerlo nunca públicamente. Primero dice que "las falencias de su gobierno, que reconoce, son los principales méritos de su esposa". Y después, cuando aventura sobre las causas de la derrota del 28-J, se inclina a pensar en la crisis internacional y en la gripe A.  Todos ellos claro, ajenos a su gobierno.

4) Kirchner dice que "Tuvo la ingenuidad de esperar comprensión, para construir una Argentina democrática". Esto también es un claro reflejo del ADN K.  El gobierno nunca buscó la comprensión ni el consenso. El estilo K es decisionista. Según este estilo las medidas que generan reformas importantes, no pueden salir por consenso. La idea es que ellos representan a los buenos y desprotegidos y vienen a afectar intereses de grupos muy poderosos, por lo que el "juego democrático" terminaría frustrando ese tipo de reformas. Entendiendo por juego democrático el logro de un amplio nivel de consenso político y no el mero "tener el número" para aprobar proyectos de ley en el Congreso. La idea de "consenso" en la matriz kirchnerista es sinónimo de debilidad. Y ya sabemos que si alguna prioridad tuvo Kirchner, habiendo asumido con sólo un 23% de los votos, y luego de un débil presidente que terminó renunciando a dos años de terminar su mandato, fue la de mostrarse como un lider fuerte.

5) Otra definición, que nos ayuda a descifrar la lógica K, es cuando el ex-presidente dice "Ordenar los intereses de la sociedad significa equilibrar cargas que no lo están y eso genera conflictos". Claramente gobernar y pretender hacer cambios profundos en una sociedad genera conflictos desde el momento que afecta intereses y pone en juego la puja distributiva. Pero el kirchnerismo lleva eso al extremo al punto de generar conflictos totalmente innecesarios y sobredimensionados. Y la mayoría de esos conflictos se generan, o se magnifican, no por los efectos de las políticas en discusión si no por la falta de un adecuado diseño de estas en algunos casos, e implementación en otros. Dos claros ejemplos son las retenciones móviles y el Fondo del Bicentenario. Ambas ideas son justas e inteligentes, pero mal diseñadas y peor aplicadas. Pero además de la sobrevaloración del factor sorpresa, pareciera que para el kirchnerismo una medida para ser "revolucionaria", y para que ellos sientan que realmente están tocando intereses importantes, tiene que ser resistida y tiene que generar un fuerte conflicto en la sociedad.

6) Kirchner confirma la utilización de la SIDE con fines políticos. Según la nota el despido de Redrado surgió luego de saber que se había reunido con el CEO de Clarín, Héctor Magnetto.

7) Una hermosa atención de Kirchner a Pino Solanas: "He conversado con él alguna vez, pero no me pareció que tuviera muy claro qué quería hacer".

8) Postula a Scioli y Gioja como posibles candidatos a presidente representando al frente supuestamente progresista. No hace falta indagar mucho en los CV de estos dos gobernadores para saber que sus ideas no son muy cercanas al espectro "progresista".

9) Verbitsky da cátedra sobre cómo decir que tu jefe habla como el orto, pero en términos diplomáticos. Dice sobre Kirchner: "A veces las palabras no acuden cuando las precisa. Las ideas se le atropellan y la boca es un embudo muy estrecho, como el día en que habló de "un grito de aire fresco". Su relación con sujeto, verbo y predicado no se inspira en la de Juan Perón. Le salen frases enrevesadas que a menudo quedan truncas, con los puntos suspensivos de una obra de Armando Discépolo".

Sobre Redrado y Pichetto

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Dice Pichetto en La Nación: "Lo que hoy ocurre confirma que el país sufre una rémora propia de una legislación que indudablemente debería haberse caído con la convertibilidad."

Lo que no dice Pichetto es que el DNU 2010/09 que crea el Fondo del Bicentenario, utiliza como argumento para la apropiación de reservas del Banco Central, el concepto de "reservas excedentes". La idea de que hay reservas "excedentes" sí que es una rémora de la Ley de Convertibilidad, serían aquellas reservas por encima del nivel necesario para respaldar la base monetaria. Con el 1 a 1, ese respaldo estaba garantizado por ley, para que efectivamente un peso fuera igual a un dólar.

También, dice Pichetto, "es igualmente necesario que esta institución (refiriéndose al BCRA) esté en manos de personas que acrediten una sólida formación técnica y probada capacidad para la tarea primordial que deben llevar a cabo: el cuidado de las reservas monetarias de la Argentina". ¿Acaso Pichetto no era miembro del Senado de la Nación que dió el visto bueno a la designación de Redrado allá por 2004?

Clarín nos contaba en Octubre de 2004, cuando el Senado tenía que aprobar la designación de Redrado al frente del Central, que pese a que había impugnaciones a Redrado por denuncias sobre manejos de fondos reservados en su previa gestión en la Comisión Nacional de Valores, el Frente para la Victoria le aseguraba que la aceptación del Senado era un "trámite". Contaba Clarín: "(Redrado) llegó más de media hora antes de que comenzara la audiencia (citada a las 12) para reunirse a solas con el presidente del Senado, Daniel Scioli, primero, y con Yoma y el titular del bloque del PJ, Miguel Pichetto, después. "Está todo bien, quedate tranquilo", le dijeron.