La segunda gran depresión

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Paul está preocupado, y da a entender que Obama no está haciendo las cosas bien en sus negociaciones con los republicanos, y que no tendría que estar tan a la defensiva. A Paul le gustaría que Obama les diga "muchachos me dejaron la crisis más grande de los últimos 80 años y encima se me hacen los quisquillosos en el Congreso".

Quizás en un momento de crisis tan fuerte, se necesite un liderazgo más enérgico, como el del intrépido cazador de escualos de gran porte o el gran maestro. Como dice el precepto bíblico supracitado, o fríos o calientes, porque a los tibios Dios los vomita.

¿Podrá un presidente sin experiencia ejecutiva, y más acostumbrado a la dinámica legislativa, sacar al mundo de una crisis de una gravedad nunca vista por ninguno de los economistas vivos y los cuales no tienen muy en claro cómo salir?

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