Sin rebelión en la granja
Ningún fruto del coqueteo entre De Vido y y los amigos de la SRA. La declaración de emergencia agropecuaria se enmarca en una decisión puramente estratégica de cara a las elecciones que se vienen y en el contexto de una guerra que sólo admite como resultado "que queden de rodillas".
El tono del enfrentamiento no cambió. La emergencia agropecuaria no se declara ni por tregua gaucha ni por pragmatismo K, si no para quitarle al campo una herramienta de lucha que ya estaba siendo considerada por algunos dirigentes rurales: la rebelión fiscal. Eximidos del pago de impuestos por un año, no hay rebelión posible. Además, la declaración de emergencia no fue tan nacional como se anunció, si no que quedó delimitada "para los productores cuyos establecimientos se encuentren en las regiones que el PODER EJECUTIVO NACIONAL delimite a instancias de los Gobiernos Provinciales", a.k.a. los distritos de mayor densidad electoral. En unas elecciones que se ven dificiles, sumar votos de zonas bastante afines al gobierno, no viene mal.
Movidita medática para que el ataque parezca tregua, satisfaciendo la demanda de diálogo de los segmentos urbanos de alto NES y bajo pago de impuesto a las ganancias. Movidita que va desde Magnetto, pasando por la vedette del maipo y hasta la mismísima oligarquía vacuna.
Y entre tanto revuelo, le sacamos a la Federación Agraria su principal fuente de financiamiento y los dejamos ahí heridos, al borde del nocaut. "¡Pero que pareshca un geshto a los productoresh eh! Titulen bien".
Humille maestro, humille.
Somos más
Sambo, de mi esperanza
Desafiando el frío gélido de la capital yanki, este fiel servidor se hizo presente en la asunción del segundo negro más famoso (el más famoso es este).
La muchedumbre embanderada al grito de O-ba-má (cantar como oh-ma-má) nos contagiaba esa euforia que ya se palpitaba en nuestro apretujado viaje en metro hacia el National Mall. Una multitud poco acostumbrada a viajar en la línea D en hora pico, no protestaba porque estaba extasiada ante el cambio que se venía.
Nadie sabe cuánto quiere y cuánto va a poder hacer. Pero que el negro transmite esperanzas, la transmite. Hasta hizo piantar un lagrimón a este servidor con su discurso. Ese dominio de la prosa, sus críticas indirectas al inmediato ex-presidente, su llamamiento al diálogo hasta con los enemigos, sus cuestionamientos a la falta de regulación del estado en la economía, no hacen más que generar muchas esperanzas.
Ojalá el sambo no nos defraude. Al menos, tuvo un buen comienzo generando entusiasmo en la gente, algo importante en plena crisis económica. Baile moreno, baile.
¿Será yeta en serio?
Perla negra para Carlos Pagni
Más allá de que lo que se pueda opinar sobre la bajada de línea editorial desde la tribuna de doctrina, es poco serio que uno de los principales columnistas políticos del segundo diario más vendido del país incluya en su editorial groseros errores informativos.
Dice el profesor de historia en su columna de hoy: "Bastó ver ayer, en la residencia presidencial, la escenografía que se dispuso para anunciar un haz de medidas destinadas a la actividad. La Presidenta eligió la escolta de Hermes Binner, Juan Schiaretti y Gerardo Zamora, próceres de la saga contra las retenciones móviles, y marginó a verdugos como Guillermo Moreno o Ricardo Echegaray."
Según documenta el diario Clarín con la foto que acompaña este post, el maquillador del INDEC estaba más que presente en la reaparición de la presidenta.
Vuelvo a citar a Pagni en La Nación: "Por eso ayer, en vez de liberar a las exportaciones de las trabas que impone la Oncca, se prefirió anunciar un brumoso plan de subsidios al comercio exterior. Y en vez de eliminar por 6 meses el peso mínimo de faena para la ganadería, se optó por financiar la alimentación de los terneros overos durante 90 días."
En el mismo diario en el que aparece la columna en cuestión se informa que entre las medidas anunciadas está la siguiente:
"Ganadería. A pedido de CRA, se suspendió la fijación del peso mínimo de faena para la hacienda en 280 kilogramos."
No solo que el amigo Pagni no lee el resto del diario, si no que ningún editor advierte que lo que están informando por un lado lo están desinformando por otro.
Pero bueno, es enero, los lectores de la La Nación están todos en Punta, no creo que ninguno abra el diario más que para chequear el horario de las conferencias en el Conrad.
La adjetivación
"No me arriesgaré vanamente a formular una doctrina absoluta de los epítetos. Eliminarlos puede fortalecer una frase, rebuscar alguno es honrarla, rebuscar muchos es acreditarla de absurda".
"La adjetivación" (1925), de Jorge Luis Borges, en El tamaño de mi esperanza.