A La Nación se le perdió una nota

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Che, La Nación, se te perdió esta nota (en la búsqueda de Google aparece, pero si entran van a ver que fue borrada):


Un vejamen en la vía pública y en la casa

Por Adrián Ventura

Los hijos de Ernestina Herrera de Noble nunca se negaron a someterse a un examen de sangre sobre su identidad: piden, sí, que esté rodeado de garantías para asegurar la veracidad de los resultados.

Hoy, la jueza federal de Martínez, doctora Arroyo Salgado, en una audiencia que realizó en su juzgado a las 11, les pidió a Marcela y Felipe que entregaran prendas, tratando de reeditar, en forma innecesaria, un procedimiento que había ordenado. Marcela y Felipe se negaron, porque, le recordaron a la jueza, está pendiente una apelación ante la Corte Suprema.

Una vez terminada la audiencia, los jóvenes se marcharon con sus abogados, Roxana Piña y Alejandro Carrió, en dos automóviles. Pero ahí las cosas se volvieron sorpresivamente violentas.

Varios automóviles no identificados interceptaron la camioneta que manejaba la abogada Piña. Los policías exhibían armas y eran varios vehículos y motos. "Parecía que estuvieran intentando detener a narcos", dijo uno de los presentes. Pero Marcela y Felipe iban en otro automóvil.

Cuando los jóvenes llegaron a la casa de su madre, también en Martínez, había policías que esperaban que el juzgado les hiciera llegar una orden de allanamiento. Finalmente, llegaron dos órdenes: una para allanar la vivienda de Herrera de Noble y, la otra, para hacer una requisa personal y llevarse prendas íntimas de Marcela y Felipe.

"El plan A, según surge de la orden de la requisa personal, era hacerles una requisa en la vía pública a Marcela y Felipe, para humillarlos. No tiene explicación. El plan B, era hacerlo en el domicilio, donde finalmente se realizó el acto, en presencia de testigos y de funcionarios del Banco Nacional de Datos Genéticos y del Cuerpo Médico Forense", explicó uno de los participantes del acto.

En cualquier caso, la prueba era innecearia: Marcela y Felipe ya se habían sacado sangre en el Cuerpo Médico Forense, en enero último, y el juez Conrado Bergesio, antes de ser separado de la causa, ya había realizado dos allanamientos, secuetrando prendas y material genético en las casas de Marcela y Felipe.

Todo esto ocurre apenas tres días después de los festejos del Bicentenario y cuando la población está distraída, viendo la partida de la selección rumbo a Sudáfrica.


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¡Hasta para el diario de los Mitre era demasiado! Al respecto, Darío Gallo, haciendo alarde de buen gusto e inteligencia, comentó esto.